AL CHAPO LO PUSO EL VICENTILLO DICE FUNCIONARIO DE LA DEA
El espionaje de Estados Unidos en México vive uno de sus
momentos más intensos. Un funcionario de la DEA asegura que hay “cientos
de informantes infiltrados en todos los cárteles del narcotráfico” e
incluso esa dependencia ha obtenido más resultados durante el gobierno
de Peña Nieto que en el de Calderón. El mayor logro, confirma, fue la
captura de El Chapo, conseguida gracias a las delaciones de Vicente
Zambada Niebla, El Vicentillo.
WASHINGTON (Proceso).- La
infiltración en los cárteles mexicanos por parte de la Administración
Antidrogas de Estados Unidos (DEA) y sus testigos protegidos ha sido la
clave para capturar, en ambos lados de la frontera, a capos de la talla
de Joaquín El Chapo Guzmán y Vicente Carrillo Fuentes, El Viceroy, entre
otros, según se asegura desde el aparato gubernamental estadunidense.
La DEA “tiene una lista de cientos de informantes
infiltrados en todos los cárteles del narcotráfico de México”, dice a
Proceso un alto funcionario del Departamento de Justicia de aquel país,
quien condicionó la entrevista a que se le mantuviera en el anonimato,
debido a que mencionaría “información confidencial”:
“Por ejemplo, sin la información que proporcionó en
Chicago (Jesús) Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, no hubiese sido
posible capturar en México al El Chapo y a otros narcotraficantes
importantes.”
Tradición inalterable en los manuales de operación de las
agencias federales de seguridad y espionaje de Estados Unidos, el
reclutamiento de informantes dentro de las filas del crimen organizado,
la diplomacia y grupos terroristas internacionales no ha sido la
excepción en México.
“En el gobierno del expresidente Calderón no tuvimos mucho
éxito con los informantes, tenían miedo; pero a partir de la
extradición –a Estados Unidos– de Zambada Niebla (el 18 de febrero de
2010), todo cambió”, apunta el funcionario.
El Vicentillo –hijo de Ismael El Mayo Zambada, ahora
dirigente absoluto del Cártel de Sinaloa– fue capturado en marzo de 2009
en la Ciudad de México por militares mexicanos y amplió su cooperación
con la DEA al llegar extraditado a Estados Unidos.
“Zambada Niebla, antes de ser detenido, ya cooperaba con
la DEA, pero cuando llegó a Chicago nos sorprendió que estuviera todavía
más dispuesto a proporcionar información sobre las operaciones del
Cártel de Sinaloa y de grupos enemigos del que ahora comanda su padre”,
puntualiza el funcionario del gobierno de Barack Obama.
El Vicentillo se convirtió en testigo protegido de la DEA a
cambio de que se le diera una sentencia máxima de 15 años de cárcel
(Proceso 1947). En contraparte, el Departamento de Justicia le atribuye
por lo menos 80% de responsabilidad en la captura del Chapo Guzmán, que
marinos llevaron a cabo el 22 de febrero de este año en Mazatlán,
Sinaloa.
“Los datos que dio El Vicentillo fueron clave para conocer
los movimientos tácticos del Chapo y su escolta. Zambada Niebla dio una
lista con los nombres de las personas más cercanas al capo y eso ayudó a
que pudieran interceptarse sus números de celular y otros métodos de
comunicación. Casi todos esos datos se compartieron con el gobierno de
México, que finalmente lo atrapó”, destaca el entrevistado.
Zambada Niebla todavía no ha sido sentenciado. El
Departamento de Justicia y la Corte Federal del Distrito Norte en
Chicago siguen trabajando en el fallo, que pronto se dará a conocer. De
hecho, el gobierno de Obama advierte que este “testigo protegido” es un
“activo” de información muy valioso, que incluso está colaborando para
poder capturar a su propio padre, El Mayo Zambada.
“Se puede creer o no, pero en el crimen organizado las
lealtades no son un credo muy respetado, que digamos. En dos ocasiones
recientes (en la sierra de Durango ambas) estuvimos, junto con el
gobierno mexicano, muy cerca de atrapar al Mayo. Como dicen en México:
le estamos pisando los talones”, expresa el funcionario del Departamento
de Justicia.
La diferencia en el rubro de informantes y testigos
protegidos de la DEA entre el gobierno de Calderón y el de Peña Nieto es
que los criminales se dieron cuenta de que, como al Vicentillo, les
sale más redituable cooperar con las autoridades de Estados Unidos que
con las mexicanas. Incluso, en caso de ser extraditados, delatar y
traicionar a sus compinches les puede facilitar la condonación de
algunos de sus delitos.
“Delincuentes como El Vicentillo nunca dejan de estar en
contacto con gente del narcotráfico de México. Inclusive como testigos
protegidos nosotros les ayudamos y alentamos a que mantengan esos lazos
de comunicación, nos conviene”, admite.
El narcotraficante, gracias a dichos vínculos, consiguió
“información muy importante” que sirvió para capturar a otros capos
después de que cayera El Chapo. El funcionario se niega a dar los
nombres de los traficantes capturados porque mucho de lo que ha dicho
Zambada Niebla “es información clasificada”, aunque acota: “No se
necesita la información, revisa las detenciones en México y en Estados
Unidos después de que arrestaran al Chapo, pero sobre todo de los que
pertenecen a grupos rivales del Cártel de Sinaloa”.
El 10 de abril de este año la DEA hizo oficial (después de
que lo diera a conocer este semanario) que ya no habría juicio contra
El Vicentillo.
La información que ha dado a la DEA el hijo de El Mayo
Zambada es considerada por el Departamento de Justicia como uno de los
éxitos más importantes en materia de inteligencia durante la lucha
internacional contra el narcotráfico.
Consecuencias colaterales
El encargado de convertir en “testigo protegido” al
Vicentillo y de convencerlo de dar información fue Jack Riley, entonces
agente especial a cargo de la División del Medio Oeste de la DEA, en
Chicago,
La labor de Riley para persuadir al capo y a los hermanos
Pedro y Margarito Flores –operadores del Cártel de Sinaloa en Chicago y
acusados de varios homicidios en Estados Unidos– de que aceptaran ser
testigos protegidos a cambio de una condena más bondadosa también fue
redituable para el agente de la DEA.
Por su trabajo en materia de inteligencia, Michele M.
Leonhart, la administradora de la DEA, nombró a Riley jefe de
Operaciones de Inteligencia de la dependencia federal antinarcóticos.
El 20 de octubre pasado, el exjefe de la DEA en Chicago
inició su labor como encargado de todos los programas de espionaje,
manejo de testigos protegidos e informantes a escala nacional e
internacional, y de la cooperación en esta materia con gobiernos
extranjeros como el de Peña Nieto.
En la DEA admiten que, “aunque suene irónico”, justo
cuando el gobierno de Peña Nieto acotó la capacidad de operación de los
53 agentes que la dependencia estadunidense tiene en todo México, sus
labores encubiertas han tenido más éxito y mejores resultados que cuando
actuaban abiertamente, e incluso en operativos conjuntos con la Policía
Federal, el Ejército y la Marina durante el gobierno de Calderón.
El ejemplo más reciente de esto es la captura de Juan
Francisco Sáenz Tamez, El Panochitas, jefe del Cártel del Golfo,
ocurrida el 9 de octubre en Edinburg, Texas. Con tan sólo 23 años de
edad, El Panochitas asumió el liderazgo del Cártel del Golfo después del
arresto de Mario Ramírez Treviño, en 2013.
Sáenz Tamez escaló muy rápido en el Cártel del Golfo.
Primero trabajó como halcón, luego como contador y jefe de plaza, y
finalmente fue su dirigente. “Gracias a la celeridad de las acciones de
la DEA y de nuestros aliados locales, pudimos identificarlo y detenerlo
bajo un operativo seguro, aquí en Estados Unidos”, señaló Leonhart en un
comunicado que se dio a conocer 12 días después de la captura de ese
hombre.
Durante varios días la DEA mantuvo en secreto los detalles
del arresto del narcotraficante originario de Camargo, Tamaulipas. El
entrevistado explica: “Un informante que tenemos en el Cártel del Golfo
habló a la DEA cuando El Panochitas entró a Texas. Desde que cruzó la
línea lo siguieron agentes de la DEA y se le capturó cuando hacía
compras”.
–¿Por qué no se dio a conocer esto el día que lo detuvieron? –se le pregunta.
–Porque no estaba solo, llegó con uno de sus
lugartenientes, cuyo nombre no te daré, quien se nos escapó en un auto
con el cual cruzó la frontera (hacia México) y porque inmediatamente
después de ser esposado, El Panochitas se ofreció a darnos información,
incluso sin que los agentes de la DEA se la pidieran. Por eso el retraso
en dar a conocer oficialmente su arresto: Su deseo de cooperar se tenía
que notificar al juez Zack Hawthorn, de la Corte Federal de Distrito
Este en Texas –responde.
La sentencia que reciba Sáenz Tamez será benévola, según
el funcionario. El cabecilla del Cártel del Golfo está acusado de
delitos relacionados con el narcotráfico y lavado de dinero en Florida,
Ohio, Michigan, Mississippi, Louisiana, Pensilvania, Tennessee,
Maryland, Georgia y Washington DC.
Al entrevistado se le pregunta sobre la captura de Héctor
Beltrán Leyva, El H, y la del Viceroy, pero se abstiene de responder
porque, argumenta, estos capos no han sido extraditados a Estados
Unidos. El H fue arrestado el 1 de octubre pasado en San Miguel de
Allende, Guanajuato. Siete días después, el 9 de octubre, en Torreón,
Coahuila, fue detenido El Viceroy en un operativo durante el cual no se
hizo un solo disparo, en parte porque el capo ya estaba jubilado del
mando del Cártel de Juárez.
“Pregúntale a las autoridades de México quién ayudó con
información para que capturaran a Carrillo Fuentes”, dice el
funcionario.
–Mejor dígamelo usted.
–A mí no me corresponde, pero lo único que te puedo decir es que su apodo ocupa la octava letra del abecedario.
De acuerdo con el gobierno estadunidense, incluso la
captura del H se logró por medio de datos proporcionados por informantes
de la DEA en México. Esas filtraciones fueron compartidas con la PGR,
la Secretaría de Gobernación y la de Defensa.
“Es un nivel de intercambio de información sin precedente,
que nos conviene. Confiamos, por ello, que pronto habrá nuevas capturas
gracias a los informantes y a los testigos protegidos”, concluye.
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