Todos le tenia miedo a “El Macho
Prieto” incluso “El Ondeado” y su jefe “El Mayo” Zambada
Saben donde están, tienen identificados los
movimientos de sus familiares y socios criminales,
pero la descoordinación y
corrupción impiden a las autoridades integradas.
Al Consejo Estatal de Seguridad, realizar operativos
efectivos para detener a Gustavo Inzunza, Manuel Garibay y Cenobio Flores,
líderes del Cártel de Sinaloa en Mexicali, Gustavo Inzunza Inzunza “El Macho
Prieto” instaló su célula criminal en el Valle de Mexicali, en territorios
controlados de suyo por otro identificado delincuente, José Manuel Garibay
Félix “El Gordo”.
La vecindad de los criminales mantiene a las
autoridades a la expectativa del recrudecimiento de violencia. No sería la
primera ocasión que el par de capos se enfrenten. A ellos se les atribuye en
2012, el incremento de un 25 por ciento en los asesinatos cometidos en la
entidad, plaza disputada por ambas bandas del Cártel de Sinaloa.
Sin embargo, las corporaciones policíacas y de
investigación en el estado no los detienen. Conocen la situación, los
protagonistas, el contexto e incluso, la asociación de Garibay con el Cártel de
Jalisco, relación presuntamente concretada durante los tres años (de 2010 a
2012) que lideró el control criminal en el Reclusorio Metropolitano de
Guadalajara (Puente Grande). Pero en lugar de organizar operativos para
detenerlos, solo manifiestan preocupación, a pesar que por “El Macho Prieto”,
la Procuraduría General de la República (PGR) ofrece una recompensa de 3 millones
de pesos, y que sobre Garibay pesan dos órdenes de aprehensión.
Los investigadores bajacalifornianos, tanto de la
Procuraduría General de Justicia del Estado como de la Policía Estatal
Preventiva, pasando por el Ejército, tienen ubicadas las zonas donde viven y se
trasladan ambos delincuentes; incluso en algunos casos las vigilan, pero nadie
los detiene. Impunidad en su nivel pleno.
En el caso de “El Gordo” la impunidad fue tal, que el
Poder Judicial federal lo liberó en junio de 2012, cuando purgaba pena en
Puente Grande, Jalisco, por delitos contra la salud y delincuencia organizada.
De ello no fue informado el Ministerio Público del Fuero Común de Baja
California, donde contaban con elementos para su reaprehensión.
A este ambiente de impunidad se suma la corrupción en
las corporaciones policíacas, la incapacidad e ineficiencia para originar,
establecer y llevar a buen fin una investigación. De hecho la última captura
por investigación en la capital, la realizó la PEP el 24 de junio de 2010,
cuando Manuel Garibay Espinoza padre de “El Gordo” fue presentado como responsable del trasiego
de toneladas de droga entre Colombia y México para Joaquín “El Chapo” Guzmán.
El regreso de “El Macho”
Consta en expedientes oficiales y en poder del
Consejo Estatal de Seguridad que desde octubre de 2012, Gustavo Inzunza se
reinstaló plenamente en el valle cachanilla, justo cuando Fuerzas Especiales
del Ejército abatieron a Manuel Torres Félix “El Ondeado”, el día 12 de ese mes
en Culiacán, Sinaloa.
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Áreas de inteligencia locales indican que entre
febrero y junio de 2011, “El Macho” se mantuvo replegado a Baja California. El
refugio seguro para él y su familia fue una casa en la Zona Oriente de Tijuana.
Continuó operando a larga distancia en Mexicali.
Las autoridades consideran que el capo se resguardó
después de recibir amenazas y ataques de Torres Félix, tras haber perpetrado el
asesinato “no aprobado” del sinaloense Paulo Osorio Payón “El Pablo”, ultimado
en compañía de cuatro cómplices el 12 de diciembre de 2010, a la altura del
Kilómetro 36 de la carretera SonoytaPuerto Peñasco, en Sonora. Multihomicidio
que causó una pugna interna en la representación del Cártel de Sinaloa en
Sonora.
Respaldan los investigadores su hipótesis en el hecho
que varios traficantes capturados por las fuerzas castrenses en Sonora,
declararon que Inzunza estaba importando grandes cargamentos de armas ante la
posibilidad de una embestida. Tras el abatimiento de “El Ondeado”, Inzunza se
volvió a sentir seguro en Mexicali, adonde regresó y, con el apoyo de su
compadre Luis Fernando Castro Villa y/o Cenobio Flores Pacho “El Checo” y/o “El
Oaxaco” y/o “El Seis” , sigue formando parte de la organización criminal
sinaloense, bajo las órdenes de Ismael “El Mayo” Zambada.
De hecho el retorno y reubicación de “El Macho” en el
Valle de Mexicali, desde donde controla
el arribo de grandes cargamentos, era considerado necesario para este grupo
delictivo, pues desde diciembre de 2011, cuando Flores Pacheco se dio cuenta
que las autoridades bajacalifornianas lo tenían plenamente identificado, ha
evitado los arribos a Baja California, limitándose a la frontera con Sonora.
En octubre de 2011, las fuerzas integradas al Consejo
Estatal de Seguridad informaron a ZETA que documentaban un expediente que
aseguraría su captura, dado que contaban con información proporcionada por el
“empresario” Luis Gabriel Mendívil Ávila, capturado el 12 de octubre de este
año como parte de los operativos policiacos realizados tras el asesinato de la
empresaria de bienes raíces María Martha Fernández Maldonado.
Este hombre fue identificado como cuñado de “El
Checo”, compadre de “El Macho”,a quienes servía directamente. La Procuraduría
federal inició procedimiento con la averiguación previa PGR/BC/MXL/1440/11, sin
que hasta el momento se hayan tenido resultados. Hasta septiembre de 2012, los
reportes oficiales indicaban que Ávila continuaba preso y bajo proceso.
Además están las imputaciones hechas contra Inzunza y
Flores por José Antonio Parra Camargo, detenido en el mismo operativo del 12 de
octubre de 2012, y versiones recabadas de una serie de traficantes menores
detenidos apresados en tres operativos realizados en Mexicali durante 2012: el
12 de febrero en Bulevar Hacienda Los Portales; así como el 11 y 16 de abril en
un narcolaboratorio ubicado en la colonia Carranza.
Pese a los señalamientos mencionados, no hay ningún
cargo judicial formulado por las procuradurías en su contra. Bajo estas condiciones, la única opción
prevista por las policías y fuerzas castrenses contra el grupo de “El
Macho”“Checo”, es la captura para el arraigo, siempre y cuando fueran
sorprendidos en posesión de algo ilícito o cometiendo un delito.
Ante esta expectativa, evidentemente han decidido la
comodidad de no arriesgarse.
De “El Checo” han asegurado le están dando
seguimiento, pero “se la pasa más en Culiacán y Guadalajara… no viene”.
ZETA cuestionó a uno de los integrantes del Consejo
Estatal de Seguridad Pública sobre las labores de coordinación, asimismo, si
comparten información de su ubicación con autoridades de otros estados o con el
Gobierno Federal, a lo que respondió:
“Nosotros solo tenemos control sobre las
aprehensiones que se pueden hacer aquí en Baja California”.
Desde el mismo Consejo salió el reconocimiento de la
desconfianza entre corporaciones, “incluso dentro de Mexicali, nadie confía ni
comparte información con nadie”, expuso uno de sus miembros.
La libertad de “El Gordo”
En el otro extremo del conflicto, con visos de
división mafiosa e invadido en su territorio criminal, está el miembro más
joven del clan de Los Garibay, quien aún preso en Jalisco,
En el otro extremo del conflicto, con visos de
división mafiosa e invadido en su territorio criminal, está el miembro más
joven del clan de Los Garibay, quien aún preso en Jalisco, mantuvo el control
de su plaza en el Valle de Mexicali, ordenando asesinatos de competidores y
organizando el trasiego de enervantes.
A su 28 años, José Manuel Garibay Félix “El Gordo” ya
fue acusado, apresado y liberado, tras deshacerse una imputación federal por
delincuencia organizada. Mientras que en el fuero común lo absolvieron de un
cargo de secuestro fincado en 2002, y tres
de homicidio y asociación delictuosa que datan de 2003.
Desarmar los cargos le llevó cuatro años tras las
rejas, pero antes que saliera del penal de Puente Grande, la PGJE de Baja
California ya había concretado dos expedientes más que debieron sumarse al
compendio acusatorio contra Garibay Félix, pero evidentemente, no se
consideraron al momento de declarar el auto de libertad.
Se trata de las causas penales 417/2004 por homicidio
calificado, y la 202/2002 acumulada a la 12/2010, radicada en Ciudad Morelos.
En ambos casos se otorgaron las órdenes de aprehensión, razón por la cual, la
federación estaba obligada a notificar al estado sobre la fecha de liberación
para que el Ministerio Público del Fuero Común se apersonara a reaprehenderlo
el 12 de junio de 2012, cuando lo dejaron salir. Pero eso no sucedió.
A la Procuraduría local tampoco le importó mantenerse
pendiente de la inminente liberación que se hizo pública en el mundo judicial
desde principios del mes de junio. Adicionalmente, a la PGR no le interesó la
posibilidad de retenerlo, con las declaraciones que el 13 de marzo de 2012
tres meses antes de la impune liberación hicieron tres homicidas, capturados
en posesión de armas que habían sido empleadas en varios asesinatos en
Mexicali. Los sujetos manifestaron seguir las órdenes que Garibay Félix mandaba
desde el interior de una prisión en Jalisco.
De nuevo “El Gordo”
está prófugo
Luego que en 2002 se generara la primera orden de
aprehensión contra José Manuel Garibay Félix, pasaron seis años para que éste
fuera detenido. Agentes del Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas
en inglés) lo capturaron en territorio norteamericano.
Esta vez, en medio de la pugna interna, las
autoridades creen que la espera será más corta. Entre marzo y septiembre del
presente año, los números telefónicos para recibir denuncias anónimas
atendieron información que ha permitido la captura de 11 empleados cercanos a
“El Gordo”, datos que, consideran, pudieron provenir del bando contrario. Y al
estarse delatando uno al otro, tendrán más posibilidad de capturarlos.
Sin embargo y no lo ocultan policías y titulares
de las corporaciones obligadas a detener a estos hombres, “El Manuelón”, “El
Macho” y “El Checo”, les tienen miedo. En todas las instancias de seguridad
tienen y proporcionan información sobre ellos, pero se niegan a buscarlos
abiertamente. Incluso en los trámites que hacen para solicitar datos oficiales
respecto a los procesos o expedientes que tienen dependencias federales de
estos mafiosos, buscan la forma de evitar ponerle nombre y apellido a la
petición. Temen que los manden matar, y así lo han expresado.
Admiten la infiltración de las corporaciones,
militares, policías estatales, federales, municipales y ministeriales; se
acusan unos a otros de proteger al Cártel de Sinaloa y terminan por justificar:
“Resulta muy difícil saber con quién se puede trabajar, incluso en los grupos
operativos selectos se han organizado capturas que fracasan, porque los líderes
criminales abandonan el lugar justo antes de nuestra llegada, no sabemos si les
han avisado. Es muy complicado porque esto no es trabajo de un solo hombre o
una sola corporación”, manifestó uno de los responsables de dar seguimiento a
la ubicación de los cabecillas de la mafia en Mexicali.
— ¿Ya han tratado de detener a alguno de los
líderes?, preguntó ZETA.
“En el último año hemos estado cerca de ‘El Checo’ y
‘El Macho’, pero se han escapado por cuestión de minutos y los operativos no
exitosos no son tema para presumir. Ubicarlos de nuevo implica varios meses de
labor de inteligencia, pero seguimos trabajando”, declaró un funcionario del
área de seguridad.
En ese contexto, las expectativas de una pronta
detención son prácticamente nulas.
“El Gordo” y
el Cártel del Jalisco
En 2009, a su llegada a Puente Grande, Manuel Garibay Espinoza “El Gordo” fue
cobijado por su familiar Miguel Auzeta Ontiveros “El Mike”, sobrino del extinto
narcotraficante Juan Manuel Salcido Auzeta “El Cochiloco”, que para esas fechas
ostentaba el poder del autogobierno carcelario.
Garibay Félix conoció el teje y maneje del reclusorio
y de sus compañeros de encierro. Al ser liberado “El Mike”, José Manuel heredó
el liderazgo basado en la “ley del garrote” y el poder económico para comprar
voluntades.
Su abogado, Jesús Enrique Escárcega Loredo, que era
el mismo de “El Mike” Auzeta y actualmente defiende a Manuel Garibay Espinoza,
padre de “El Manuelón” y preso en el CEFERESO Número 3 en Santa Adelaida,
Matamoros, logró que lo exoneraran de múltiples homicidios.
Inseguridad nacional
En los primeros seis días del sexenio de Peña Nieto,
el país sufrió con ataques en varios Estados de la república mexicana. Por lo
menos 29 personas fueron asesinadas por miembros del crimen organizado.
En Durango, los ataques se dieron en el municipio de Gómez
Palacio, donde las autoridades reportaron la muerte de un policía federal y dos
ministeriales, así como un civil.
Mientras que en Torreón, Coahuila fueron encontrados
siete cuerpos desmembrados envueltos en una bolsa de plástico. Horas antes
habían ejecutado a un par de policías municipales.
Además las autoridades chihuahuenses, informaron del
asesinato de dos mujeres que acompañaban a un policía federal.
En tanto en Chiapas, en el municipio de Frontera de
Cómala dos jóvenes fueron asesinados. Lo mismo ocurrió en San Luis Potosí.
Por su parte, en el estado de Nuevo León, fueron un
total de siete los ejecutados en las primeras 72 horas del nuevo gobierno
mexicano.
En Jalisco se reportaron dos ejecutados por arma de
fuego. En Aguascalientes, fue atacada una central de policía, donde un jefe
policiaco y un oficial fueron asesinados.
Los hechos se registraron en la zona norponiente de
la ciudad, donde un grupo armado entró al edificio de Seguridad Pública e hizo
disparos sobre el personal que laborada durante la madrugada.
Incluso, la violencia llegó hasta la casa de Gobierno
de Ciudad Victoria en Tamaulipas, donde el miércoles cinco de diciembre se dio
la explosión de dos granadas.
El ataque ocasionó varios daños materiales a los
autos que estaban estacionados cerca de donde detonaron los explosivos, además
del pavimento que sufrió cuarteaduras.
De acuerdo a la información proporcionada por las
autoridades, los autores de este reprobable hecho huyeron en un vehículo
Volkswagen Golf blanco.
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