La verdad
de El Chapo Guzman no es narco, nunca lo ha sido
CIUDAD DE MÉXICO. La mayoría de la gente no
lo sabe, porque al gobierno le conviene, pero Joaquín El Chapo Guzmán.
No es narcotraficante. Y nunca lo ha sido, Jurídicamente,
El Chapo Guzmán nunca ha sido sentenciado en México por delitos contra la
salud, es más, en más de dos décadas ha recibido 20 sentencias absolutorias en
acusaciones de delincuencia organizada, tráfico de mariguana y cocaína,
homicidios y portación de arma reservada a las Fuerzas Armadas.
Hoy El Chapo Guzmán Loera tiene, además de dos procesos de
extradición, 10 procesos penales abiertos, pero hasta ahora en ninguno se le
puede considerar –en definitiva– como narcotraficante, a casi un cuarto de
siglo, los gobiernos de Carlos Salinas (PRI), Ernesto Zedillo (PRI), Vicente
Fox (PAN), Felipe Calderón (PAN) y Enrique Peña Nieto (PRI).
Han sido incapaces de acreditar, ante el Poder
Judicial, que El Chapo es narcotraficante, la información es en sí misma de
escándalo y la obtuvo Jorge Carrasco, reportero de Proceso, en una amplia
consulta en los registros judiciales, en los que consta que El Chapo ha
sorteado en los tribunales las acusaciones de narcotráfico, pese a que, en
México y Estados Unidos, es sabida su actividad criminal como jefe del Cártel
de Sinaloa
Como lo acredita Carrasco en la edición del semanario de la
semana pasada, después de la primera fuga de El Chapo del penal de máxima
seguridad de Puente Grande, Jalisco, el 19 de enero de 2001, al inicio del
gobierno de Fox, prácticamente no volvió a ser molestado ni por la vía
judicial.
No podía ser de otro modo: Fox dejó ir a El Chapo
deliberadamente
Calderón tampoco se afanó en una sólida persecución legal,
y hasta mediados de su sexenio, apenas lo consignó por cargos que tampoco pudo
acreditar. Uno de sus acusadores fue el entonces procurador Eduardo Medina
Mora, actual ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
El propio Calderón, como ha sido probado, encargó al
general Mario Arturo Acosta Chaparro reunirse con El Chapo y otros narcos para
disminuir la violencia.
Y el gobierno de Peña, que recapturó al capo en febrero de
2014 después de 13 años y lo reaprehendió en enero pasado a medio año de
fugarse por segunda vez del penal mexiquense del Altiplano, tampoco ha logrado
una sentencia firme en su contra como narcotraficante.
¿Cómo es que cinco gobiernos del PRI y del PAN no han sido
capaces de probar ante los tribunales la conducta criminal de Joaquín El Chapo
Guzmán? ¿Ha sido –y es– por ineptitud o corrupción, o por ambas? Los
grandilocuentes discursos de aplicar todo el peso de la ley contra quien
delinque han sido sólo demagogia.
Y, a la luz de esta inoperancia contra un criminal
de la talla de El Chapo –y de otros que siguen fugitivos como Ismael El Mayo
Zambada y Juan José El Azul Esparragoza, cobra sentido el pacto de impunidad al
más alto nivel del Estado para que no pase nada.
En medio de tantas complicidades, del mundo criminal
imbricado con el político y el económico, no son increíbles las acusaciones de
la hija de El Chapo, Rosa Isela Guzmán, contra el gobierno de Peña por un
supuesto pacto a cambio de financiamiento políticoelectoral.
“Por lo que corresponde al gobierno de la República, ni
treguas ni alianzas ni pactos con el crimen. Los hechos así lo demuestran”,
aseguró el comisionado nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, a nombre de
Peña.
Nadie les cree nada…
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