"El Mencho" seguirá creciendo y el CDG podría tomar control de las zonas Zetas en Tamaulipas
Ciudad de México.- sucedió
una noche de octubre del 2015, muy cerca de la Garita de Otay, por la
calle Fray Junípero Serra casi pegado a la línea.
Un grupo de agentes de la Policía Federal con apoyo del Centro de
Investigación y Seguridad Nacional, irrumpieron en una bodega donde
desde días atrás entraban y salían camiones de carga. Encontraron en el
piso interior un compartimento donde se ingresaba a un túnel, al avanzar
comunicaba el lado mexicano con el estadounidense.
Era un pasadizo de más de 800 metros de largo, tres de grosor,
donde corría un sistema de vías de ferrocarril. Por ahí estaban apilados
empaques de marihuana que en conjunto sumaban 10 toneladas, hubo 16
detenidos quienes declararon que la obra que conectaba de forma
clandestina Tijuana con San Ysidro.
Era propiedad del Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). Era la
primera vez que la autoridad daba un golpe a esta organización en la
zona y que obtenía indicios de sus operaciones en la frontera. Días
después Perla Ibarra Leyva, procuradora de justicia de Baja California,
declaró que no estaba comprobada la existencia de esa organización en el
estado.
Pese a ello testimonios de detenidos del grupo de los Arellano
Félix como del Cartel de Sinaloa, han reconocido que empezaron a
traficar para la organización que encabeza Nemesio Oseguera Cervantes,
“el Mencho”.
Desde abril del 2015 se tenían indicios de la presencia de células del CJNG en Tijuana, cuando aparecieron las primeras mantas dejadas en puentes peatonales y vehiculares, todas signadas como Cartel de Tijuana Nueva Generación (CTNJ). Durante el año pasado diversas declaraciones de pistoleros detenidos, difundidas por la prensa local, hacían referencia a que por lo menos dos células de esta organización estaban establecidas en la ciudad.
La expansión del Cartel de Jalisco Nueva Generación a regiones del país fuera de la zona geográfica de Tierra Caliente, será una tendencia que continuará durante el año 2016, según el último reporte de la agencia de análisis en seguridad e inteligencia Stratfor, distribuido entre sus suscriptores. Las redes bajo control de Oseguera Cervantes y sus cuñados los Valencia González, conocidos como “los Cuinis”, ha alcanzado una expansión en zonas que históricamente controlaba Sinaloa y Tamaulipas, como Tijuana, Baja California y Veracruz. En la frontera con San Diego se hacen llamar Cartel de Tijuana Nueva Generación (CTNG), y en el último año han presionado para llenar el vacío en la ciudad y arrebatar el control a los jefes de los grupos afines a Sinaloa.
En Tijuana el pasado sábado 23 de enero fue encontrado un mensaje contra los hermanos Alfonso y René Arzate García, líderes de la principal célula del cartel de Sinaloa identificados por los alias de “El Aquiles” y “la Rana”. Una caja de herramienta abandonada en un predio de la colonia Amparo Sánchez, tenía en el interior la cabeza cercenada de un individuo y al lado un texto firmado por “el señor Mencho y su jente”, donde advertían que seguiría la “limpia”.
Existen indicios que muestran que el Cartel de Jalisco Nueva Generación opera ya en San Luis Potosí y Zacatecas. En ambos estados la facción del Cartel del Golfo que encabezaba Iván “Talibán” Velázquez ha estado en permanente disputa con los Zetas por el dominio de la región. Ambos grupos han perdido poder en la zona desde 2012. El 2016 inicia con el CJNG en disputa contra los Zetas, y facciones del Cartel del Golfo, por el control en los estados de Veracruz, Tabasco y Guanajuato, señala la agencia.
De la “balcanización” a la “erosión” de los carteles
Los medios de comunicación han tenido “un día de campo” con la recaptura de Joaquín “El Chapo” Guzmán. El personaje, la circunstancia y la información —que de manera planeada y con objetivos marcados—, el gobierno federal ha filtrado para definir una narrativa del caso, no ha dado espacio en la prensa nacional para analizar lo que ocurre en otras partes del país, donde las fisuras y luchas internas que los grupos de la delincuencia organizada han tenido en los últimos tiempos, han redefinido el mapa del narco en México.
Para el 2016 se prevé que las luchas internas continúen entre antiguos aliados, como ocurre entre las tres diferentes facciones del Cártel del Golfo, que pelean el corredor Reynosa, Río Bravo, Matamoros; y contra sus enemigos en común, los Zetas, tanto en Tamaulipas como en Veracruz. Existen indicios de que podría haber una consolidación en otras regiones de facciones afines al Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), como en Michoacán.
Por la reconfiguración geográfica las tres “sombrillas” bajo las que la agencia estadounidense divide los grupos criminales en México son Sinaloa, Tamaulipas y Tierra Caliente. En Sinaloa a la cabeza está la Federación bajo el liderazgo de Ismael “El Mayo” Zambada; segunda en importancia es la organización de los Beltrán Leyva con Fausto Isidro Meza “El Chapo” Isidro de líder, con sus socios los Mazatlecos al sur, y al norte Trinidad Olivas Valenzuela “el Chapo Trini” y Alfredo Sagid Emilio Quintero Navidad alias “el Cadete”. Mientras la Línea y Gente Nueva se disputan Chihuahua. En el caso de Tamaulipas se contempla al Cartel del Golfo y sus facciones, los Velázquez, los Metros y los Ciclones. Sus enemigos acérrimos los Zetas, están en la misma “sombrilla” por ser también ésta su entidad de origen. En Tierra Caliente se ubica al Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), los Caballeros Templarios, la Familia, Guerreros Unidos, los Rojos, el Cartel Independiente de Acapulco (CIDA), y los Viagra. Estos son grupos que han mutado de nombre en los últimos tiempos aunque sus zonas geográficas siguen siendo las mismas.
En los últimos 25 años las pugnas y guerras internas entre los grupos criminales se han convertido en la fuerza que ha marcado regiones, rutas y fronteras del país. Desde que en 1989 desapareció el Cartel de Guadalajara, con la detención de su líder Miguel Ángel Félix Gallardo, quien controlaba la mayor parte del país, las diferentes organizaciones que surgieron se han definido de forma compacta en sus geografías y han tejido redes criminales regionales.
La “balcanización” de los grupos de tráfico de drogas, dice Stratfor, ha continuado por más de dos décadas y ha significado que existan un mayor número de grupos criminales. La gran mayoría en los últimos tiempos han tenido reconfiguraciones internas. Por su importancia a nivel nacional hasta hace unos años se habló de la antigua Federación, con el Cartel de Sinaloa como grupo hegemónico; y el Cartel del Golfo, y su mayor escisión, los Zetas. La muerte de Arturo Beltrán Leyva en 2009 trajo como consecuencia el surgimiento de diferentes grupos como la Resistencia; la caída en 2010 de Ignacio “Nacho Coronel” se tradujo en el surgimiento del Cartel de Jalisco Nueva Generación, organización que ha tenido el mayor crecimiento e importancia estratégica en la zona de Tierra Caliente.
Desde la fractura del cártel del Golfo en 2010 cuando se escindieron los Zetas, solo dos organizaciones se han mantenido cohesionadas. Una ha sido Sinaloa, y la otra los mismos Zetas cuando el poder lo tenía el grupo de militares desertores. Hasta hace poco tiempo ningún grupo criminal contemplaba reducir su poder y descentralizarse. Antes de 2012 Sinaloa y Tamaulipas y sus grupos de base dominaban por completo el crimen organizado. Pero surgió la “balcanización” y trajo un nuevo escenario con los grupos criminales que tomaron mayor importancia en la región de Tierra Caliente, como el caso del CJNG. Esto se tradujo en un cambio en la dinámica de seguridad atenuando los focos en el suroeste del país. Por esta razón en los últimos años las fuerzas armadas han tenido que desplazar numerosos efectivos en operativos especiales en Guerrero, Michoacán y Jalisco.
El regreso de los clanes
La ofensiva del gobierno federal contra el Cartel de Jalisco Nueva Generación, tras la repercusión mediática por el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa y las elecciones federales de junio del 2015, se tradujo en la captura de uno de los altos mandos de la organización, Iván Cazarín Molina, brazo derecho del “Mencho”.
No solo la parte operativa, también la financiera del CJNG tuvo bajas. En marzo del 2015 Abigael González Valencia “el Cuini”, fue detenido en Puerto Vallarta. Hace unas semanas en los primeros días de enero cayó su hermano Elvis González Valencia, cuando convalecía por heridas de arma de fuego en una clínica de Guadalajara. Los “Cuinis” son los hermanos José Luis, Gerardo, José María, Ulises Giovanni y Edgar González Valencia. Su hermana Rosalinda González Valencia está casada con Antonio Oseguera Cervantes, el Mencho, líder de la organización. Es el regreso de los clanes, como en otro tiempo fueron los Arellano Félix en Tijuana, o como en Sinaloa son los hermanos Guzmán Salazar y Guzmán López, hijos del Chapo.
El CJNG podrá continuar expandiéndose y podría continuar cohesionado a lo largo de este 2016, sin embargo la agencia no descarta posibles reconfiguraciones hacia finales de año si las fuerzas federales continúan golpeando con éxito a la cúpula de la organización.
Desde la expansión del Cartel del Golfo a Veracruz en 2008, que dejó territorios en “herencia” a los Zetas tras la ruptura del 2010, no se veía una reconfiguración como la que implica el dominio paulatino en el estado del CJNG. Podría ocurrid un declive del poder del CJNG en Tierra Caliente con sus grupos de base, los cuales por su cuenta se expandirán en 2017.
En el caso del Cartel de Sinaloa bajo el mando de Ismael “el Mayo” Zambada, lo que ha caracterizado a la organización es la descentralización del poder en los últimos tiempos. La fuga del Chapo Guzmán puso la mirada sobre el poder del narco, lo que provocó que la presión a nivel internacional cayera sobre Enrique Peña Nieto para resarcir el daño.
Joaquín “El Chapo” Guzmán en libertad repercutió en que las diferencias que surgieron entre los grupos al interior, incluido los hombres de su red, se solventaran. Versiones sobre la muerte de varios escoltas de Aureliano Guzmán Loera, su hermano, publicadas por la prensa sinaloense en diciembre pasado, podría ser indicativo de que hubo pugnas internas.
Stratfor señala que en el escenario de este año se prevé que Tamaulipas pierda liderazgo. Recuerda que los Zetas comenzaron el 2015 reforzando su disputa contra la facción de los Talibanes en Zacatecas. El año pasado fue el primero en que los Zetas, operaron sin que en sus filas hubiera algún militar desertor de la camada que fundó la organización. Esto se tradujo en que surgieron nuevos grupos locales y empezaron las rupturas con peleas internas en Veracruz, Tabasco y Oaxaca, lo cual se prevé siga durante 2016.
Aunque las rupturas y reacomodos no son del todo claros, la violencia es real, dice el reporte. Estas fracturas ocasionarán que sea poco probable que los grupos con base en Tamaulipas sigan creciendo durante 2016.
Durante el 2013 y 2015 el gobierno federal dio golpes severos a la cúpula de los Zetas. En julio se dio la captura de Miguel Treviño Morales, el Z-40; y en marzo siguiente cayó su hermano Omar Treviño Morales, el Z-42. Varios de los jefes criminales de los Zetas, capturados en la primera mitad del 2015, tenían su base en el noreste, en entidades como Tamaulipas y Nuevo León.
Tras estas capturas las fuerzas federales se enfocaron en Veracruz y Tabasco. En noviembre pasado en Querétaro detuvieron a Alejandro Castro Alonso alias “el Picoreta”, jefe regional de los Zetas y encargado de operaciones para Veracruz, Oaxaca, Puebla, Chiapas y Campeche.
Stratfor considera que el Cartel del Golfo podría aprovechar la debilidad de los Zetas y tomar el control de sus zonas en Tamaulipas, lo que repercutirá en un posible repunte de la violencia en la zona sur del estado.
El informe no se detiene en el incremento de la beligerancia de los grupos que pelean en Guerrero, Morelos y Estado de México, como la Familia, los Rojos, Guerreros Unidos, los Ardillos, Cartel Independiente de Acapulco, y la Barredora. Guerrero es una de las pocas entidades donde el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) no ha manifestado mayor presencia, pese a que en diciembre pasado circularon versiones de que se había hecho con el control total del puerto michoacano de Lázaro Cárdenas, contiguo a la Costa Grande del estado.
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